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Recomendamos: Wit (Amar la vida)
Recomendamos: Wit (Amar la vida)



El veterano y oscarizado Mike Nichols, que también encabezó el fabuloso cuento homosexual Ángeles en América, dirige con maestría para HBO el texto teatral de Margaret Edson para la pequeña pantalla con la ayuda de una Emma Thompson en absoluto estado de gracia, tanto en su rol de protagonista como de coautora del guión. Wit relata un año de la vida de Vivian Vering, dura y fría profesora de poesía de Harvard, especializada en los difíciles sonetos de John Donne, que en una visita al ginecólogo le es diagnosticado un mortífero cáncer ovárico en su mayor fase de crecimiento. Accede a someterse a un salvaje tratamiento experimental, que azotará los cimientos intelectuales sobre los que se sostiene su vida y que le hará enfrentarse a la frialdad e insensibilidad en las que ha ahogado su existencia y la de sus alumnos.

El texto de la genial película de Nichols rebosa valentía y arrolladores planteamientos. Un tema tan delicado y puntiagudo como el cáncer y la dolorosa procesión patética hacia la muerte se estrella en nuestras narices como un sutil poema de verdades y vejaciones, el martirio inhumano de una mujer que se aferra salvaje y erróneamente a su poderoso intelecto para hacer frente a su tragedia en primera persona. A diferencia de gran parte del melodrama norteamericano, Wit no (de)cae en ningún momento en el victimismo de su protagonista ni en dosis ridículas de dolor, llantos ni de escenas gratuitamente musicalizadas. El enorme respeto, tanto intelectual como emocional, con el que se ahonda en el martirio de esta lúcida e implacable profesora resulta un cáliz de agua fresca y pura en una industria que ya perdió hace tiempo su propio respeto (y el de sus espectadores).

Wit se mantiene con asombrosa inteligencia en la fina línea que separa el humor negro de la burla, siendo notablemente provocativa. Otro elemento narrativo y humano para darle más importancia y significado a los temas tratados sin, a su vez, darle pompa ni suntuosidad. Además de sus metafísicos planteamientos, que son muchos (y dolorosamente acertados), en la película se nos ofrece al mismo tiempo una crítica feroz a la deshumanización de los tratamientos clínicos y la experimentación silenciosa con cobayas humanas. 

Sorprendentemente, a pesar de ser una Tv Movie y no una película de cine, Wit consiguió el premio especial del jurado del Festival Internacional de Cine de Berlín y el premio a la mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de Valladolid. Al saco se llevó también 3 premios Emmy (mejor Tv-movie, director y montaje) y el NBR a la mejor película.

Más allá de sus ingeniosos planteamientos sobre la muerte y la vida, la película narra esa verdad que se esconde detrás del patético marchitamiento de nuestro cuerpo caduco, de esa metáfora preciosa de John Donne y su coma final: la simplicidad del cambio, la ligereza del último suspiro y el retorno a lo que somos, una chispa que se gesta con sencillez, que se corrompe con los años y que termina de eclosionar para redimirse y volver a esa simplicidad inicial, quizás, para iluminar otra vez.

Con cada vómito, con cada decepción, dolor y desgarro, Vivian Bearing, para su grandísima sorpresa, es cada vez más consciente. Y es que es verdad, para crecer y alcanzar mayor conocimiento de uno mismo también hay que sufrir; y cuanto más te acercas emocionalmente a la muerte más sabiduría posees. Y si al final acabas besándote con ella, tu conciencia es ya desmesurada, pero es una pena, porque no la disfrutarás más que unos instantes. Es triste, sí, pero muy hermoso.

Inmensa Emma Thompson.

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